Desde luego, para cultivar la calma en el hogar ciertas condiciones externas deberán inspirar paz. La paz que procuramos termina siendo efímera si no logramos trabajar nuestra propia calma interior. No existe una fórmula estándar para todos, pero las siguientes pautas pueden ayudarte:
Respirar
Hacer una actividad física que calme como el yoga, tai chi, o chi kung
Meditar, meditar, meditar
Cultivar el equilibrio y la moderación
Establecer hábitos positivos y saludables
Aprender a reconocer los gatillos de nuestro malestar, que nos llevan a experimentar enojo y ansiedad, por ejemplo
Mejorar el sueño
Cuidar la nutrición.